Los curanderos espirituales se alzan como faros de orientación en este viaje, ofreciendo no solo remedios para el cuerpo, sino también bálsamos para el alma. En esta danza entre el amor, lo espiritual y la conexión con la naturaleza, las botánicas se convierten en enclaves de sabiduría, guiando a los corazones perdidos hacia la luz de la comprensión y la armonía.